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lunes, 4 de marzo de 2013

OREJAS DE FRAILE

Hola cocineret@s, espero que hayáis pasado un buen fin de semana.
 
Esta mañana me ha venido a la cabeza a propósito de la cercanía de la Semana Santa, una receta que encontré en un folleto de promoción turística de nuestra escapada a Cuenca en junio del año pasado.
 
Por cierto, quiero aprovechar la ocasión para recomendaros una visita a esa encantadora ciudad que no conocíamos y de la que nos llevamos una muy pero que muy grata sorpresa.
 
Se trata de una receta de Cuaresma, dulce y muy fácil que acabo de probar. OREJAS DE FRAILE.
 
Necesitamos para unas 20 orejas:
 
1 huevo
1 cucharada sopera colmada de harina
1 cucharada sopera colmada de azúcar
Un chorrito de leche.
 
Mezclamos el huevo, el azúcar y la harina en un bol con unas varillas y luego vamos echando leche hasta que quede como una crema clarita, no densa sino más bien líquida. Yo he echado como medio vaso de leche (un poco menos).
 
Ahora ponemos un cazo al fuego con aceite suave (girasol por ejemplo) y ponemos una cuchara sopera dentro, con el mango fuera, claro está.
 
Cuando el aceite se haya calentado y la cuchara esté caliente, bajamos el fuego a lento, la cogemos con cuidado por el mango y la metemos en la mezcla de huevo hasta cubrir el cuenco de la cuchara pero sin llegar al mango. Espero que me entendáis, jejeje....teneis que meter la cuchara bien caliente en la mezcla como un poco más de 3/4 de la parte redonda.
 
Escurrimos, y metemos al aceite sin soltar la cuchara con cuidado. Movemos dentro del aceite y veremos como la masa se va soltando de la cuchara. Si hubiésemos mojado la cuchara con masa hasta donde nace el mango, es tan pequeño el hueco que se hace que la masa no se desprende de ella!! ¿Está claro? Mirad la foto...
 
 
 
 
En cuanto dora un poco sacamos la masa a un plato con papel absorbente para que recoja el exceso de aceite.
 
Hacemos lo mismo hasta que acabemos la masa, siempre teniendo en cuenta meter la cuchara al aceite para que esté bien caliente antes de meter a la masa.
 

 
 
Es así de fácil y divertida esta receta, y es genial ver cómo se van formando las orejitas.
 
Las espolvoreamos con azúcar y pasamos a una fuentecita para servir con un cafecito o un vaso de leche.
 
Y ya están listas en un plis plas, con muy pocos ingredientes, nuestras orejas de fraile hechas con todo el amor.
 
Espero que os gusten.

Ciao!!



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